domingo, 15 de abril de 2018

PEDAGOGÍA MONTESSORI, VOLVIENDO A LA ESENCIA.

Una de las preocupaciones principales de la sociedad de hoy, es la Educación. El profesorado es cada vez más consciente de la falta de herramientas para poder desempeñar con éxito su labor, y las familias se sienten desbordadas con tareas escolares a las que les tienen que dedicar mucho tiempo. Todo ello, unido al delicado momento económico que atraviesa el país, hace emerger un miedo generalizado sobre el futuro de nuestros pequeños. Lo que hace replantear y cuestionar el sistema educativo establecido.


Los maestros, son cada vez más conscientes de la necesidad de un cambio de paradigma y buscan formarse, actualizarse, mejorar día a día en su práctica. Es verdad que algunas políticas educativas, frenan la transformación, pero no será por los muchos maestros que están luchando por ello.
Las familias, también son un pilar fundamental y cada vez hay más consciencia del tipo de educación que se desea, lo que acelera esta necesidad de renovación pedagógica.
Últimamente se escucha hablar mucho de pedagogías alternativas, una de ellas es la educación Montessori. Hay multitud de materiales escolares, juguetes, blogs que hablan de los beneficios de esta pedagogía, pero en realidad ¿qué hay detrás de Montessori?


Sin duda, los materiales Montessori son uno de los aspectos más conocidos, pero esconden una fundamentación filosófica más profunda: la necesidad de encontrar otra forma de acercar a los niños al conocimiento.
El enfoque Montessori fue una propuesta de vanguardia para la época en que surgió, generando un conocimiento científico de cómo hacer otro tipo de escuela.
María Montessori observó cómo los niños se acercaban, compartían y construían el conocimiento a partir de sus necesidades, intereses y etapas de desarrollo en las que se encontraban, e ideó una pedagogía que procurase aprendizajes más significativos.

Uno de los grandes errores que se cometen, es creer que la pedagogía Montessori se centra en los materiales, como si fuera la única condición indispensable para que se lleve a cabo su práctica en las escuelas. Lo importante, no son los materiales, sino crear contextos educativos sanos y contagiados con la alegría de aprender. Y los profesores, son clave. 

Deben hacer un buen trabajo personal: revisar la mochila que llevan, la práctica del “siempre se ha hecho así”, la imagen de la infancia que se tiene. Sin esta reflexión, sin esta revisión, no será posible un acompañamiento adecuado. Así que el primer cambio, es uno muy grande, y es a nivel personal.
Otro aspecto a re-pensar es el espacio de la escuela, dotarlo de identidad y personalidad propia, según los intereses y necesidades de los niños y las niñas que lo habitan.
Cuando decidí escribir éste blog lo hice por la pasión que despierta en mí la docencia, pasión que comparto con María Montessori. Y qué mejor que su reflejo para contaros lo que me mueve por dentro...


Cuando descubrí quién era y la metodología que empleaba decidí investigar más sobre su método. En mi experiencia como docente, he comprobado que gran parte del día se utiliza para llenar cabezas de conceptos abstractos, que la mayoría acabarán por olvidarse. Porque los niños no aprenden igual, ni del mismo modo. 

Implicarles en su educación, es algo fundamental, escuchar sus prioridades, sus preferencias y en base a ello construir cabezas bien hechas en lugar de bien llenas.

María Montessori pensó que para que hubiera un cambio real en el mundo, para alcanzar la paz, se debe comenzar desde abajo, desde la raíz, desde la infancia. Y la mejor manera es actuar desde la escuela, lugar donde los niños pasan gran parte de su tiempo y cuya influencia en sus vidas es vital.
Mi reflexión es ¿cómo hacer para convertir a éstos niños en adultos responsables?, adultos que sepan respetar otros puntos de vista, adultos empáticos, solidarios…
El método de la pedagogía científica que nos legó maría Montessori, nos da las claves para conseguirlo, avalado por los buenos resultados obtenidos en los centros que se rigen por sus principios. Y es que cuando algo funciona… lo mejor es adoptarlo y mejorarlo.
No se trata de transformar todas las escuelas en escuelas Montessori, sino de proporcionar otra visión, proponer una mirada científica, filosófica, histórica y de prácticas educativas al legado de María Montessori. Haciendo énfasis a la importancia de conectarse con la esencia que permita comprender la amplitud de su trabajo y de su alcance mundial.



¿Os apetece conocer a María Montessori?  Seguid nuestro blog.

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